«siendo en forma de Dios», sino más bien «seguir subsistiendo en forma de Dios». Jesús no renunció ni en ninguna manera abandonó su divinidad en la encarnación. En todo el transcurso de su vida terrenal, conservó total y completamente la naturaleza divina, el complejo de atributos esenciales a Él como Segunda Persona de la Eterna Trinidad. a. La naturaleza divina La siguiente definición de Dios, tomada del Catecismo Menor de Westminster —respuesta a la pregunta número 4— revela los atributos divinos:
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